Esta característica fundamental de los idiomas humanos fue revelada por
Korzybski. Términos como "sí", "no", "verdad", "falso", "causa",
"efecto", "relación" "orden", "estructura", "existencia", etc., pueden
usarse en una proposición pero también en una proposición
sobre la primera, etc. Así, pueden aplicarse a todos los
órdenes de abstracciones. Ellos pueden tener varios
significados a cada uno de estos niveles, con el significado específico
sólo dado por el contexto y orden de abstracciónes utilizado.
Por ejemplo, utilizando la palabra "existencia":
- postulo la existencia, fuera de de mi piel, de un conjunto de átomos,
moléculas, etc.,
- este conjunto actúa recíprocamente con mi organismo y da
existencia a lo que veo, toco, oigo, etc.,
- esta cosa da existencia a la palabra "silla" (esta silla que veo) que escribo,
pronuncio, etc.,
- esta palabra, aplicada a otras cosas, dará existencia a "la silla,
superficie llana soportada por cuatro patas".
Como podemos verlo en este ejemplo simple, la palabra "existencia"
no tiene siempre el mismo significado segú el nivel utilizado, y no es
posible darle un significado si no sabemos a qué orden de
abstracciones se usa. Eso significa que nuestro vocabulario, teóricamente
limitado, se vuelve prácticamente ilimitado por esto.
La multiordinalidad de los términos principales de nuestros idiomas
se relaciona a la auto-reflexividad.
En semántica general "multiordinal" se abrevia en m.o.
© ESGS, 2001.